Si en las iglesias existiera un nicho para San Rating, los productores y programadores de Televisión le rezaríamos sus plegarias. Haríamos promesas a cambio de sus milagros.

El santo no existe. El rating sí. A los milagros para obtener éxito no los conozco. A la competencia intento conocerla cada día un poco más. Rating significa en nuestra lengua española calificación. El público califica un programa cuando lo ve… y cuando no lo ve.

El rating es resultado del porcentaje de hogares o televidentes que tienen el televisor encendido en un canal y en un programa específico, en relación al total de hogares o televidentes que se considera existen en una o más zonas geográficas determinadas. Es la manera de calcular cuánto se ve cada programa que se trasmite, a cada minuto. Ha sido discutida y cuestionada esta forma de análisis. Las empresas dedicadas a ofrecer este servicio suelen recibir críticas de los elencos artísticos, de los productores y hasta de las compañías de Televisión.Dos de las marcas más conocidas y confiables midiendo niveles de rating son Ibope y Nielsen. En algunos países una u otra posee el control de las mediciones y suele enviar diariamente a sus clientes el resultado del rating del día anterior de todos los canales y programas que están siendo medidos. Patrocinadores y marcas toman muy en serio los rating para decidir dónde gastar su dinero y acercarse a los clientes potenciales interesados en sus productos.

El mercado publicitario quiere anunciarse no sólo en los programas que más se ven, sino en aquellos donde más certeza se tenga de que los verdaderos interesados en sus productos están viendo ese espacio a esa hora.

¿Desde Cuándo Se Mide El Rating?

Casi cincuenta años atrás sólo se medía el rating haciendo encuestas. Aunque en algunos pocos países todavía se usa ese método, no puede considerarse confiable y prácticamente ha sido desechado.

Esas encuestas se hacían visitando hogares diariamente y otras se aplicaban a través de llamadas telefónicas. Ambas requerían luego un proceso manual de captura de datos, con el riesgo de las imprecisiones desde que se levantaba la encuesta hasta que se asentaban las estadísticas. Incluso se llegó a la novedad de dejar en las casas un formato que la propia familia llenaba, en ausencia del investigador, y una semana después se recuperaba para procesar las respuestas que habían escrito. En ocasiones los participantes completaban el último día los datos de toda una semana, sin ser fieles a lo que habían visto por Televisión. Tras el surgimiento del meter en los años setenta, un equipo electrónico conectado directamente a la radio, se comienzan a registrar todos los cambios del oyente en su dial y se consiguen medir las audiencias de los programas radiales. Así surge la nueva era en las mediciones del rating.

El meter fue superado por el people meter, una microcomputadora capaz de registrar y almacenar en su memoria todos lo que ocurre en un televisor: cuándo se enciende y se apaga, cambios de canales y el sexo, las edades y los niveles socio económico de quienes están viendo la Televisión.

El people meter no está presente en los televisores que se venden en las tiendas. La instalación de este equipo ocurre cuando personal de la empresa que hace las mediciones, luego de un estudio del universo a medir, llega directamente a los hogares y solicita la colaboración de los habitantes para instalarlo. Si en un hogar no aceptan colaborar, se selecciona otro. Una vez que aceptan, se les explica en qué consiste el estudio y no reciben una remuneración mensual, aunque sí regalos frecuentes de acuerdo al uso cotidiano que den al people meter. Generalmente cada hogar pasa por un período de prueba de varias semanas, donde sus integrantes son entrenados en el uso del equipo y sus datos no son tomados en cuenta durante ese tiempo porque se entiende que sus hábitos podrían estar alterados.

Un control remoto especial que se comunica con el people meter permite asignar un número a cada miembro de la familia y su uso aporta los datos de quién ve qué canales y programas con la hora exacta en que ocurre, minuto a minuto. Todo queda grabado en el equipo. En las casas con más de un televisor se asigna las misma cantidad de people meter para cubrirlos a todos. Los integrantes de cada hogar firman un documento de confidencialidad para evitar que se conozca su participación.

Para recuperar la información se requiere una línea telefónica o una conexión de Internet.

 

Estos datos son enviados en forma automática  al centro de la empresa que recopila la información, para ser procesada y enviada a sus clientes, generalmente compañías de Televisión, marcas de productos y agencias de publicidad que invierten presupuestos en anuncios publicitarios por Televisión.

¿Pero dónde están instalados los people meters?

¿Existen, a pesar de que nunca hemos sabido de un solo hogar que lo tenga?

¿Es cierto que los Productores se acuestan y se levantan pensando en el rating?

Respuestas a estas y otras preguntas la próxima semana, en la segunda parte y final de El Rating Nuestro De Cada Día.

 

Por Alexis Núñez Oliva, Productor Ejecutivo 

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