OPINIÓN

Los millennials son los jóvenes de hoy, personas comunes que viven con la intensidad de la juventud como en cualquier tiempo pasado. La llamada generación del milenio creció con la explosión de la tecnología y las increíbles opciones de entretenimiento que superan por mucho a la radio, la Televisión y el cine.

Ellos graban todo lo que hacen, comparten todo lo que descubren, promueven todo lo que les interesa, interactúan a cada instante. Son cronistas de su propia vida y de la vida de los demás.
Tienen una gran capacidad para comparar patrones, por eso no creen en lo establecido, porque saben que si hoy es así, mañana podrían conocer otras formas de hacerlo. El acceso ilimitado a la información los hizo exploradores sociales.

Las agencias de publicidad los persiguen como en una cacería: son los nuevos compradores y quieren venderle todo y dicen entender lo que ellos quieren, haciendo estallar en mil pedazos -a veces- algunos productos valiosos mal dirigidos a los millennials.

La Televisión ha estado perjudicada por los analistas que aseguran conocer a los nuevos jóvenes afirmando que no ven Televisión porque son otros tiempos, hay otros intereses. Así han influido en el criterio de ejecutivos de grandes compañías de Televisión en español e inglés para que cambien sus programas, traigan a la tele jóvenes millennials de Youtube, chavos irreverentes que tienen cien mil o un millón de seguidores en las redes y que -dicen- son los nuevos líderes de opinión, los llamados influencer.

¿Pero quiénes son esas personas que desde las agencias de publicidad presentan sus estudios sobre los nuevos consumidores y tratan de cambiar a la Televisión?
He conocido algunos en México y en Estados Unidos y encontré un denominador común en sus discursos: poco conocimiento del lenguaje de la Televisión y escasos estudios sobre el uso de los contenidos en los medios, aunque sí muy conocedores de a qué hora revisa un joven su twitter y cuántas veces envía un mensaje desde su celular.

Lo peor: la visión que tienen de los millennials es la de un joven con audífonos beats, con un teléfono inteligente y preocupado por el medio ambiente. Esa es la visión de no pocas agencias de publicidad que asesoran a marcas y canales de Televisión cuando hablan de los millennials.
La mayoría de estos expertos sí son millennials como los que ellos describen: tienen todos los gadgets de moda, un auto deportivo y están inmersos en las comunicaciones no personales. El dinero no es una preocupación.

Rear view of a couple watching tv

Pero hay otra realidad. Nuestro continente posee millones de familias pobres, donde sus hijos también son millennials, que pueden incluso tener audífonos y teléfonos inteligentes, pero que no tienen dinero para llegar a fin de mes, que comen lo que pueden, se transportan en autobuses públicos y a pie, con pocas aspiraciones de salir adelante y que sueñan con lo que ven en las redes, pero lo contrastan todos los días con su dura realidad.

Ellos también son millennials, incluso son mayoría, son los verdaderos millennials de nuestras ciudades y países, que ante la falta de oportunidades, ven videos de Youtube en su celular, observan fotos en Instagram, siguen a nuevos famosos en Twitter y se sientan frente a la Televisión buscando algo que les provoque una ilusión: justo lo que es capaz de lograr el entretenimiento.
Para los millennials populares -el adjetivo es mío- la Televisión es un espectáculo sin costo -Netflix no es la opción de muchos cuando no lo pueden pagar- que les permite asistir a conciertos sin gastar, reír con comediantes que hacen chistes como los de su entorno y emocionarse con eventos deportivos para los que no podrán comprar boletos.

Los millennials populares y sus familias se preguntan qué ha sucedido, por qué las caras expertas están desapareciendo de la Televisión -actores y actrices, conductores y comentaristas- y de dónde surgió la idea de meter en sus casas a personas aburridas, con escasa formación y pobre vocabulario que terminan por no ser entretenidos como se espera de la Televisión.
Los millennials populares son televidentes, están ahí, esperando a que alguien les diga que ha sido una pesadilla, que la Televisión volverá a ser un centro de entretenimiento y que los que saben entretener van a regresarle lo que les deben: programas entretenidos con la calidad profesional que ellos merecen sin gastar más de sus escasos recursos.
Dejo esta ilustrativa entrevista a Simon Sinek, un motivador inglés que aborda de manera sencilla lo que sucede hoy con los millennials.
El video y los subtítulos son gracias a Yago de Marta, un experto en oratoria y Media Training que lo publicó en español.

Por Alexis Núñez Oliva
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