
No conozco alguien que defienda una Televisión destructiva o que incite a la violencia, y sabemos que precisamente por su fuerza comunicativa está en el deber de cuidar lo que dice y muestra. Pero la Televisión comercial no es una escuela ni un profesor. La Televisión se hizo como medio de entretenimiento y a través de ella puede informarse -o desinformarse- sobre casi cualquier tema.
En muchos países, junto a la Televisión de entretenimiento, existe la llamada Televisión cultural o educativa, generalmente en manos de gobiernos e instituciones que no buscan lucrar con su programación, y tienen el privilegio de hacer programas instructivos financiados con el dinero público, en ocasiones con una realización creativa y de alto valor visual. Lamentablemente cuando revisamos los puntos de rating vemos que el público no ve esos canales en sus países, que prácticamente no sigue esos programas y elige antes la Televisión comercial, desde las telenovelas hasta los espacios de concursos y comedia.


Los límites que sí se tiene que trazar la Televisión comercial es no mentir, no sugerir estados de opinión, no obligar a creer en lo que no es cierto y responder al público con una cuidadosa programación en sus canales que tenga en cuenta los horarios familiares y los horarios de adultos. Los juegos de computadoras, el Nintendo, el futbol y el boxeo no tienen ninguna responsabilidad en la educación de los habitantes de este planeta porque fueron creados como forma de entretenimiento para espectadores y protagonistas. La Televisión es exactamente igual.

Por Alexis Núñez Oliva
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